Aunque gran parte de Internet todavía funciona con IPv4, lo cierto es que este protocolo ya no alcanza para la realidad actual. El número de direcciones se quedó corto hace tiempo y, en consecuencia, millones de usuarios siguen dependiendo de NAT (Network Address Translation) para conectarse.
El problema es evidente: aplicaciones como videollamadas, VPN o servicios en tiempo real deben gastar batería y recursos en mantener viva esa conexión artificial. Es como intentar hablar por teléfono a través de un intermediario que corta la llamada cada pocos segundos. No es eficiente, y lo sabes.
IPv6: espacio ilimitado, pero con obstáculos en Android
IPv6 nació como la solución definitiva, con un espacio prácticamente infinito de direcciones y la promesa de devolver la conectividad directa de extremo a extremo. Sin embargo, en Android y en muchas redes Wi-Fi, la implementación no ha sido tan sencilla.
Métodos como SLAAC y DHCPv6 IA_NA requieren que la red lleve un registro detallado de cada dirección, lo que complica la asignación múltiple a dispositivos Android, wearables o máquinas virtuales dentro del mismo teléfono. En la práctica, significa que tu smartwatch o tablet conectada puede quedarse sin IPv6 y volver a depender de NAT.
Y eso, otra vez, se traduce en más consumo de batería y mayor complejidad para las apps.
La jugada clave: DHCPv6 PD en Android
Aquí es donde entra la gran novedad: Android ahora soporta Delegación de Prefijo (DHCPv6 PD). Con esta mejora, el dispositivo puede solicitar a la red un bloque propio de direcciones IPv6 y distribuirlo entre todos los equipos y funciones conectadas: móviles, wearables, anclajes o incluso redes como Thread.
El resultado es claro: conectividad global sin necesidad de NAT, menos consumo energético y mayor simplicidad para los desarrolladores. Además, los operadores de red mantienen control gracias a la asignación de prefijos rastreables, lo que les permite gestionar mejor el tráfico sin frenar la innovación.
Para ti, como usuario, la experiencia será transparente. Para los desarrolladores, significa menos código de soporte a NAT y más fiabilidad en escenarios complejos. Y para el ecosistema Android, un paso firme hacia un futuro donde la conectividad sea tan natural como encender el móvil. Así empieza cualquier revolución.

